TAILANDIA
Un reportaje de Fernando Amado
El denominado país de las sonrisas es uno de los países más hospitalarios y cálidos de todo el Sudeste Asiático. Un paraíso para los amantes de la montaña, que encuentran en Chiang Mai todo lo necesario para vivir su aventura. También para los que buscan un ciudad llena de color y vibrante, como lo es Bangkok. O un remanso de paz entre atolones, playas de arena blanca y agua cristalina, como encontramos en Krabi, Phi Phi Island, Phuket o Ko Pha Ngan donde, en esta última, se celebra la popular Full Moon Party.
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Tailandia también es un país rico en cultura. En la antigüedad estaba repartido en varios reinos como el de Sukhothai, el Imperio jemer, Lannathai o el de Ayutthaya. Este último se expandió hasta convertirse en la nación de Siam y dejó como herencia uno de los complejos arqueológicos más valiosos del país.
BANGKOK
Bangkok, capital del país de los Thai, fue fundada en 1782 por el rey Rama I. Antes de la fundación de la capital de Siam (como hasta el siglo XX se denominó a Tailandia), el pueblo Thai, originario del río Yunan y desplazado por los chinos hacia el sur, se había organizado a lo largo de su historia en tres reinos con sus respectivas capitales.
El primer reino tuvo su capital en Sukhothai, fue fundado en 1238 y perduró hasta 1350. Los Thai proclamaron su independencia de los Khmer y crearon el reino de Siam.
El segundo reino tuvo por capital a Ayutthaya y gobernó Siam desde 1350 a 1767. El reino de Ayutthaya fue fundado por el rey Ramathibodi I. Ayutthaya, cruzada por numerosos cauces de agua, llegó a ser bautizada como "la Venecia de Oriente", su nombre significa "ciudad impenetrable".
Después de años de luchas, el reino de Ayutthaya cayó en manos de los birmanos que la saquearon y destruyeron en el año 1767.
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En el mismo año 1767, los tailandeses, con el rey Taksin el Grande al frente, expulsaron a los birmanos y trasladaron su capital a Thonburi naciendo un reino que se mantuvo por poco tiempo. En 1782 la capital se trasladó a la recién nacida Bangkok. Cuando el general Chao Praya Chakri accedió al trono de Siam con el nombre de Rama I, temiendo una nueva invasión de los birmanos, mandó construir un palacio en la otra orilla del río Chao Phraya para que, en caso de que hubiera un nuevo ataque, pudieran huir fácilmente.
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En la otra orilla existía un pequeño poblado llamado Krung Thep "Ciudad de los Ángeles" que con el tiempo adoptaría el nombre de Bangkok. La denominación de Bangkok proviene de una pequeña aldea de pescadores cercana llamada Ban Kok "aldea de los olivos". Esta aldea existía desde mucho tiempo antes y era base de los comerciantes europeos camino de la antigua capital Ayutthaya y del sudeste asiático.
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Bangkok estaba llamada a ser la capital definitiva de Siam, un país que terciado el siglo XX pasó a denominarse Tailandia.
Bangkok es una ciudad recorrida por numerosos canales debido a que la ciudad se creó imitando la antigua capital Ayutthaya. Hoy en día muchos han sido eliminados para aumentar la red viaria. Una peculiaridad tienen Tailandia y Bangkok, y es que nunca fueron colonizados por las potencias europeas. Aprovechándose de la rivalidad franco-británica en la región se convirtieron en un estado puente entre los países del sudeste asiático influenciados por los franceses (Indochina) y por los británicos (India y Birmania).
Su independencia tuvo un precio. Siam tuvo que firmar un acuerdo comercial beneficioso para los intereses británicos y ceder tres provincias meridionales que hoy forman parte de Malasia.
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Con un pujante turismo que ha favorecido su rápido crecimiento, Bangkok se ha convertido en una de las principales ciudades del sudeste asiático. Es sede de la Comisión Económica y Social para Asia y el Pacífico de las Naciones Unidas.
BAHÍA DE PHANG NGA
Una de las partes más destacadas del parque nacional es la bahía de Phang Nga, que protege amplias extensiones de manglar, diversas islas —más de cincuenta de diversos tamaños— y pináculos de piedra que configuran un paisaje sobrecogedor. La tranquilidad de sus aguas hace posible la práctica de deportes acuáticos como el paddle surf. La naturaleza caliza del terreno favorece la formación de cuevas que pueden explorarse desde las playas, algunas de ellas con pinturas rupestres.
KAH PANYEE
En medio del laberinto de canales de la bahía de Phang Nga se encuentra la aldea flotante de Koh Panyee, levantada hace unos doscientos años por pescadores nómadas provenientes de Indonesia que se dedicaban (aún hoy) principalmente a la pesca. Es posible llegar hasta esta localidad en una de las clásicas y coloridas embarcaciones de tipo long tail. Caminado por las pasarelas flotantes es posible ver el día a día de esta comunidad musulmana y llegar hasta el colegio, el exterior de la mezquita o un curioso campo de fútbol que está rodeado de agua, donde rige esa regla no escrita de las pachangas de fútbol a lo largo y ancho del mundo: el que la tira fuera va por ella. Solo que en este caso hay que ir nadando.
KO TAPU
Conocida por la película de James Bond de 1974, El hombre de la pistola de oro, la isla de Khao Phing Kan es uno de los lugares más visitados de esta parte de Tailandia. La isla tiene escarpados acantilados de piedra caliza con impresionantes cuevas. La formación más conocida, una roca de veinte metros de altura ubicada casi en mitad de la cala de entrada a la isla, es Ko Tapu. Debido a las aguas tranquilas de la bahía, la isla también puede visitarse en kayak, seguramente la mejor manera de acercarse al máximo a este paisaje de formaciones cársticas. Su fotografía con las aguas de color verde esmeralda, vegetación exuberante y acantilados es una de las más instagrameables de Tailandia.
TAKUA PA
La arquitectura sino-portuguesa es una mezcla de las influencias china y europea, proveniente de la época en que los colonos portugueses llegaron al sur de Tailandia, en el primer cuarto del siglo XVI, para explotar las minas de estaño. Son edificios bajos, de una o dos plantas, con decoración de azulejos, ventanas perforadas y pintados con llamativos colores. En las calles de Takua Pa podemos ver una amplia muestra de edificios de esta singular arquitectura que nos conecta con este pasado histórico.
Las casas de Takua Pa están siguiendo un proceso de rehabilitación similar al que dio al casco histórico de Phuket su actual esplendor. Algunas de esas edificaciones se están transformando en pequeños negocios o cafés con mucho encanto. Es el caso del café Kopi Kapua, regentado por Krisada Tansakul. Todos los productos que sirve son ecológicos y de proximidad: los dulces se los elabora su vecina, la señora Kuhn Nong, y el café de especialidad se cultiva en un área cercana.
SANTUARIO DE ELEFANTES
Los vínculos entre los elefantes y la cultura tailandesa son muy profundos y han evolucionado durante miles de años. Vivir una experiencia con los elefantes puede ser una parte muy emotiva durante un viaje por Tailandia. Las condiciones de los elefantes y de las personas que los cuidan dependen del apoyo de los viajeros responsables a la hora de escoger experiencias en que el bienestar de los paquidermos y el de los cuidadores sea prioritario. Uno de los centros que cumple con todos los requisitos y está avalado por la Autoridad de Turismo de Tailandia es Phang Nga Elephant Park.
Los visitantes son bienvenidos a participar en interacciones éticas con los elefantes, como aprender sobre su historia y comportamiento a través de charlas sobre su cuidado. Podrás tener la oportunidad de pasar tiempo con los elefantes, conocer el trabajo de los mahouts, darles de comer plátanos y participar en el baño para conocer realmente a estos majestuosos animales. Debido a los peligros que supone devolver a los animales domesticados a su hábitat natural, los elefantes pasaron a formar parte del turismo de una manera humana y ética, manteniendo a los animales activos y cuidados. Muchos de los santuarios de elefantes son refugios seguros y protegidos para los paquidermos, ofreciendo una interacción humano-animal muy emocionante para los visitantes.
WAT BANG RIANG
Este templo, cuyo nombre real es Wat Rat Uppatham, está situado en la colina de Khao Lan, en Tambon Bang Riang. Está formado por varias estructuras, entre ellas una elaborada pagoda en forma de campana llamada Chedi Phutthathambanlue. Si el interior de este templo es tan hermoso como tranquilo, no lo es menos el exterior. En la salida hay un gran mirador con vistas al impresionante paisaje de Phang-Nga y a dos enormes estatuas: una de la diosa china Guan Yin y otra de un Buda sedente, lugar este último de retiro para los monjes budistas que viven allí.
LAM RU YAI
Uno de los mejores lugares para navegar en estas peculiares embarcaciones es en el canal Lam Ru Yai,en la zona del Parque Nacional de Khao Lak-Lam Ru. El recorrido en estas balsas cubre una distancia de unos tres kilómetros y dura unos cuarenta minutos. El río serpentea a través de la selva, el clima es fresco y el agua es tan cristalina que se puede ver el lecho del canal durante la mayor parte del trayecto. Además, las aguas son poco profundas y lo bastante tranquilas como para poder darse un baño o remar con seguridad durante todo el año. La mejor manera de practicar este tipo de navegación sostenible es con los guías locales que te muestran los alrededores mientras remas por el río y que, además, se preocupan por mantener el entorno en buen estado.
ALEENTA PHUKET
Tailandia suele liderar la lista de los lugares de vacaciones con mejor relación calidad-precio. El país cuenta con opciones de lujo mucho más baratas que en la mayor parte del mundo, siempre sin comprometer la calidad general del servicio. Es posible alojarse en hoteles de verdadero lujo por un presupuesto mucho más bajo de lo que costaría en otros destinos vacacionales. La provincia de Phang-Nga no es una excepción. Dos opciones de alojamiento muy interesantes son el hotel Aleenta Phuket, con algunas de sus habitaciones con piscina privada frente a una playa paradisíaca, y el Khao Lak Merlin, un eco resort ubicado junto a la playa y rodeado por un entorno natural de gran belleza.
WAT JONG KLANG
El norte tailandés es diferente al resto del país, quizá porque toda esta zona perteneció al reino Lanna entre los siglos XIII y XVIII. Esta localidad de claras influencias birmanas es el hogar de numerosos grupos étnicos. Son los lisu, los shan, los lahu, los karen y otros pueblos que también habitan en el norte de Vietnam o Birmania y en los territorios chinos que hacen frontera con estos países. En el pasado llegaron cruzando las montañas y aún conservan sus costumbres, su idioma y su tradicional modo de vestir. Dedicados a la agricultura, a la caza y al comercio desde siempre, hoy además trabajan como guías de rutas senderistas, descubriendo la fauna y la vegetación propia de estos bosques, pero también dando explicaciones acerca de su forma de vida. En la zona también ha surgido una oferta de retiros de bienestar.
Antes de perderse por las selvas, conviene acercarse hasta el centro de Mae Hong para empaparse del influjo birmano en Wat Jong Klang y en Wat Jong Kham, dos imponentes templos que (para alegría de los fotógrafos) se reflejan en el lago contiguo cuando los iluminan por la noche. También al ocaso cobra vida el mercado nocturno, con sus aromáticos puestos de comida y sus múltiples y coloridas artesanías. Estos fascinantes espacios son la prueba definitiva de que nos encontramos en Tailandia.
CHIANG MAI
Tras las caminatas por la montaña, los baños termales y las compras en Mae Hong Son, ponemos rumbo sur para cruzar la desmelenada Pai (hogar de hippies expatriados en el pasado, hervidero de mochileros hoy) y establecer la base de operaciones en Chiang Mai. Fue la antigua capital del reino Lanna además de centro neurálgico del budismo en el norte de Tailandia. Ese poderío pretérito se aprecia en el magnífico Doi Suthep, uno de los templos más sagrados del país, o en el Wat Phra Singh, sede de una veneradísima imagen de Buda que es parte central de las celebraciones del Songkran, el año nuevo tailandés.
DOI CHIANG DAO
Igual que su hermana norteña, también Chiang Mai es un destino excelente para el senderismo, sobre todo desde que el Parque Nacional de Doi Chiang Dao entró en la selecta lista de enclaves Reserva de la Biosfera. Sus bosques son los únicos del país con vegetación subalpina como la que se encuentra en el Himalaya, y constituyen un auténtico santuario para dos grandes felinos de Asia, el tigre y la pantera nebulosa.
Emplazada a 2.195 metros sobre el nivel del mar, la montaña de Doi Chiang Dao es la tercera más alta de Tailandia tras Doi Inthanon y Doi Pha Hom Pok. El pico es accesible a pie y para acceder a la cueva de Chiang Dao, se pueden contratar guías.
TALAT WAROTOT
Chiang Mai es espiritualidad y es naturaleza, pero también vida urbana, creación artística y gastronomía. Porque la comida se considera algo serio en esta cultura que tiene como saludo habitual: gin khao reu yan? (¿ya has comido arroz?). Para comprobarlo (y probarla) solo hace falta cumplir con todo un tópico viajero: visitar los mercados. El mayor y más atestado es el viejo Talat Warorot, que está situado a orillas del río, y después está el de Tha-nin, que no es el más recomendado en las guías de viaje pero sí el que respira un ambiente más íntimo y genuino. Sus puestos rebosan de ingredientes desconocidos para el viajero occidental: hay nâam, carne de cerdo fermentada que sabe mejor de lo que suena; col asiática o pak choi y bambú fresco; durianes, frutos que a pesar de oler a diablos son dulces y jugosos; o huevos de pato fermentados, entre otras delicias indefinibles.
Y como sucede en todos los mercados tailandeses (y en cada rincón del país, en realidad), el street food es omnipresente. En Tailandia, sentarse en una silla de plástico junto a una cocina al aire libre, envuelto por el humo de los fogones, es algo que hacen todos sin importar la procedencia o la clase social. Así que haremos bien en buscar hueco en una mesa y probar algunas recetas de la afamada cocina de Chiang Mai. Merece la pena aprenderse los nombres de los platos... para repetir, por supuesto: khao soi (sopa de fideos crujientes), tam khanun (ensalada de durian) o gaeng hang lay (curry al estilo birmano).
NAN
Para completar la exploración de las regiones norteñas, viajamos hacia el este, allí donde los territorios de Tailandia se encuentran con Laos. La provincia de Nan (orgullo nacional del turismo sostenible) fue un reino aislado durante siglos y hoy, ubicada donde terminan todas las carreteras, sigue viviendo un poco al margen. Quienes se aventuran por esta zona, cuyas influencias arquitectónicas y culturales ya no son birmanas sino chinas, suelen hacerlo por su riqueza natural pero después quedan fascinados por todo lo demás.
Nan cuenta con el Parque Nacional Phukha Doi, con cumbres de casi 2000 m y el río Nam Wa, cuyas aguas bravas son perfectas para la práctica del ráfting. Una vez aquí, los viajeros se prendan de las sencillas aldeas de montaña de los hmong y los mien, de los arrozales infinitos y de las montañas tapizadas por los cultivos de café. Esta bebida negra y amarga se ha convertido hoy en una tendencia en el país. En la provincia de Nan, pero también (y sobre todo) en Chiang Mai y en la cosmopolita Bangkok, lo que se lleva ahora son las cafeterías de autor, que sirven capuccinos elevados a la categoría de arte y ristrettos hechos a base de cultivo 100% orgánico y local.
AYUTTHAYA
La majestuosa Ayutthaya fue el colmo del esplendor. Contó con más de 400 templos y recintos palaciegos y desde ella se dominaba gran parte del territorio que hoy ocupan Laos, Camboya, Myanmar y la actual Tailandia, excepto el norte, que estaba gobernado por los monarcas Lanna. Tras la destrucción de la ciudad por parte de los birmanos en 1767, a Ayutthaya le sobrevendrían este orden de sucesos en los siglos venideros: fue saqueada, abandonada, restaurada y repoblada de nuevo por turistas que están de paso.
La bicicleta es un buen modo de visitar la vieja capital del reino, ya que permite recorrer en menos tiempo el extenso perímetro de esta ciudad-isla encajada entre tres ríos. A pesar de que los birmanos la deshicieron a golpe de fuego, robaron las riquezas y destruyeron las estatuas de Buda, aún queda mucho en pie en esta Ayutthaya que a día de hoy sigue siendo objeto de veneración para los tailandeses. Hay templos abiertos al culto, como Wihaan Phra, varios museos ubicados en antiguos palacios y esqueletos de edificios, con magníficos prangs (torres de estilo jemer) que perfilan el skyline de la ciudad.